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Grimentz pueblo suizo

Grimentz, el pueblo de las flores del Valle de Anniviers

En el valle más grande del cantón de Valais, al llegar después de recorrer 24 kilómetros de carretera, realmente podrás apreciar la grandiosidad y la magnificencia de la quebrada. Con sus típicas casas (chalets) de madera color marrón, el cielo que aquí parece mas celeste, los verdes prados y el colorido de las flores, no podrás dar crédito a tanta belleza junta.

Durante el viaje, tras dejar atrás los hermosos viñedos de Valais, los maravillosos bosques de pino, los pueblos suizos en perfecto equilibrio con la naturaleza y una pintoresca iglesia toda de blanco, comprenderás el valor de la integración del ser humano con el medio ambiente. Y por fin…habrás arribado a Grimentz.

Historia de este pueblito suizo

No es mucho lo que se sabe de los orígenes del pueblo. La primera crónica es de el año 1052, donde se lo menciona como Grimensi nombre de origen alemán. Fue un municipio autónomo hasta el primero de enero de 2009 en el que, junto con: Saint-Jean, Chandolin, Saint-Luc, Ayer y Vissoie se fusionaron en la comuna única de Anniviers.

El pueblo de las flores

Si durante el viaje te has maravillado por lo que viste, pues ahora ya no tendrás palabras para expresar tanta exquisitez, tan perfecta combinación de garbo y hermosura de este pueblo suizo. Transitarás por la calle principal sin coches, flanqueada por pintorescos chalets de madera, con sus balcones y ventanas rebosantes de geranios rojos.

Te admirarás por una principesca casa de 1550, digna de un cuento de hadas. Pasarás por el Tonneau de l’Evêque, lugar donde se atesora “el vino del glaciar”. Mientras los niños corretean sobre el empedrado de sus calles y hallarás magníficas fuentes con esculturas talladas en madera. Con solo 500 habitantes verás los antiguos graneros, sus establos y los hoteles que en nada se diferencian de los chalets de los lugareños. Pero tu retina solo verá flores…flores… y más flores.

Grimentz
Calles de Grimentz | Fotografía de Ursula Kuenzse

Cómo llegar a Grimentz

Las grandes ciudades más cercanas a Grimentz son Lucerna y Ginebra, por ende son las opciones más recomendables para llegar a este pueblo de los alpes suizos.

Cómo llegar desde Lucerna

· En coche: es la única manera de llegar a Grimentz desde Lucerna, haciendo un trayecto de 300 kilómetros con una duración aproximada de 3 horas. No está permitida la circulación en el pueblo, por lo que debes dejar el auto en el parking que está fuera. Si deseas continuar hacia la presa de Moiry, deberás pasar por la parte baja de Grimentz.

Cómo llegar desde Ginebra

· En coche: una buena alternativa por un trayecto de 203 kilómetros. En este viaje de aproximadamente 2 horas se pueden ver paisajes de suiza tan asombrosos que te harán desear que el trayecto hubiera sido más largo.

· En avión desde Ginebra a Sion: para llegar desde Ginebra deberás tomar un avión hasta el Aeropuerto de Sion y desde allí tomar un autobús a Grimentz. Son vuelos de cabotaje y tienen salidas desde las 10:00 hasta las 21:00 horas, con una frecuencia de 1 hora. El trayecto hasta Sion tiene una duración aproximada de 2 horas.

· Autobús desde Sion a Grimentz: este aeropuerto es una base militar y civil ubicada a 19 kilómetros de Grimentz. El autobús se toma allí mismo y hay que hacer tres transbordos con tres líneas diferentes (no son complicados y los conductores suelen guiar). El tiempo total de este trayecto es de 3 horas y media. Además, será un viaje inolvidable por las entrañas de los alpes suizos, pasando por lugares como Sierre y Vissoie.

¿Qué podemos ver en Grimentz?

Prepara tu cámara de fotos, lleva tu teléfono móvil, porque no darás abasto para captar toda la belleza que verás a tu alrededor. Grimentz te depara un millón de sorpresas. Desde uno de los lagos de Suiza más imponentes hasta un vino de hielo. Pero también, desde un pueblo con encanto hasta una fondue con el queso del lugar. En Grimentz hallarás todo para lo que soñaste para que tu viaje sea maravilloso e inolvidable.

La presa de Moiry

Después de transitar ocho kilómetros de carretera y de cruzar un túnel oscuro, por fin llegamos a la represa de Moiry. Luego de atravesar la oscuridad de pronto un azul brillante impresiona nuestros ojos, es el lago de Moiry. La represa construida en los años sesenta tiene una altura de 148 metros y 600 metros de longitud.

El camino de la presa es perfecto para un viaje a Suiza en autocaravana. Con las verdes laderas de la montaña de fondo y con los motor home estacionados a la vera del lago, de pronto nuestro ojos no veían un lugar real, parecía una postal sacada del paraíso. Su belleza es incomparable, y después de cruzarla la vista del lago es imponente, las montañas que la circundan y la forma del terraplén se complementan, y el equilibrio entre la mano del hombre y la naturaleza se funden en uno solo.

La presa de Moiry en Grimentz
La presa de Moiry | Fotografía de Gabor Koszegi

Lac de Moiry (Lago de Moiry)

Desde fines de junio hasta que la nieve sea abundante, puedes visitar el lago de Moiry. Con su color verde azulado el espejo de agua se halla a 2250 metros sobre el nivel del mar. Esta considerado como uno de los lagos más bellos del mundo. Para llegar lo harás por una excelente ruta asfaltada, que se construyó diez años antes que la presa. Si lo deseas puedes continuar por la vera del lago, llegarás al glaciar y estarás a 2350 metros de altura.

Si te agradan las caminatas después de dos horas llegarás a los restaurantes del Lac de Moiry donde degustarás las delicias que allí sirven. Asimismo si continuamos llegaremos a la cabaña Moiry o Becs de Bosson (Los Becs de Bosson son varias cumbres ubicada entre St-Martin y Grimentz). Ten en cuenta que, según la época del año en que vayas, los caminos pueden cerrarse en cualquier momento, por lo que debes averiguar las condiciones climáticas antes de salir.

Lago de Moiry en Grimentz
Lago de Moiry | Fotografía de Lustig Photography

El observatorio astronómico de St-Luc y Chandolin

Desde su telescopio de 60 centímetros nos permite divisar incluso las estrellas más cercanas. Esta equipado con los mas modernos elementos de observación y desde el mismo, ubicado en el Eifischtal a 2513 metros de altura, podremos incorporar la magnitud del espacio exterior. Asimismo, tendremos, una vez más, una visión de la belleza de los valles del lugar. Cabe destacar que el observatorio se puede visitar durante todo el año.

Que hacer en Grimentz

Si tu viaje a Grimentz es en invierno

Las opciones son muchas y variadas. Trineos, senderismo de invierno, tours, pistas de esquí, y hasta un parque de diversiones. Por supuesto que si vienes en invierno debes saber que en Grimentz nieva un tercio del año, lo que prácticamente te obliga a prepararte para esquiar en las montañas de Suiza.

Después de un camino repleto de curvas al llegar a la cúspide de un acantilado comienza la ruta del Val d´Annivers. Desde esta posición veremos apacibles viñedos que están situados al otro lado del valle del Ródano. Todo lo opuesto al lugar donde nos hallamos, donde tenemos pueblos toscos, laderas escarpadas, briosas corrientes de agua y agreste naturaleza.

Las pistas se extienden desde Grimentz hasta el Becs de Bosson, un moderno y cómodo teleférico te llevará al pie del pico de Sorebois una de las terminales de la estación de esquí Grimentz-Zinal. Este complejo de pistas se diferencia por ser la Grimentz más familiar y la Zinal más competitiva. Están situadas entre los 2500 y 3000 metros de altura.

A estas se agregaron dos más, las del Chandolin y las de St Luc. De esta manera Val d´Annivers tiene aproximadamente 220 kilómetros de pistas. Además, cuenta con: pistas de trineo, 5 pistas de patinaje sobre hielo natural, 7 jardines de nieve, 2 circuitos para ciclismo, raquetas de hielo, 27 remontes mecánicos y un par de parques de nieve. Entonces, desde el mes de diciembre hasta el mes de abril tienes toda la gama de posibilidades para practicar deportes invernales en Grimentz. No te lo pierdas.

Si tu viaje a Grimentz es en verano

Grimentz puede jactarse de tener una divertida gama de actividades estivales: tenis, mountain bike, senderismo, minigolf, alpinismo, parapente, una presa, un lago, un glaciar y la vía Ferrata.

Actividades más recomendadas

Mountain bike: Tienes 41 senderos para practicar ciclismo de montaña. Puedes ir hasta Verbier distante 130 kilómetros en el camino del Grand Raid.

Senderismo: Más de 100 kilómetros de senderos para caminar entre paisajes de ensueño viendo a nuestro alrededor la flora y fauna de algunas de las mejores rutas de senderismo en Suiza.

Golf: Un bello campito de mini golf hará las delicias de grandes y chicos en un ambiente ameno y familiar.

Escalada: Por supuesto en el pueblo de las montañas no puedes sustraerte (si es de tu agrado) a participar de por lo menos una pequeña escalada.

Parapente: Dispones de estaciones para lanzarte en parapente y experimentar la magia de volar, de sentirte libre con el viento acariciándote el rostro.

Excursiones: Al igual que en invierno puedes realizar los circuitos del lago, de la presa y del glaciar.

Vía Ferrata: Se trata de una travesía bastante difícil cerca de la presa de Moiry. Siguiendo por el camino a poco menos de 150 metros, giramos a la derecha. Llegaremos a una Pared de piedra vertical que remata en una saliente sobre la nada, desde donde se ve en su plenitud el Valle de Anniviers. Si tu adrenalina te lo permite puedes seguir el ascenso. Desde allí salta a un escalón y llegarás a la culminación de la vía. Para salir podrás ir directo por el sendero o realizar el cruce de la presa.

Vía Ferrata de Moiry | Fotografía de outdooractive

Festividades tradicionales de verano

La fiesta de las vacas: Esta curiosa festividad consiste en que, cuando unas 120 vacas regresan a sus establos desde la Alp Moiry (allí se hace el queso regional “raclette”), cruzan el pueblo desfilando entre la gente, que las adorna con coronas de flores.

Además, todos los años en el mes de agosto se realiza una carrera de 31 kilómetros, suelen participar 3500 competidores y comprende 2200 metros de ascenso y 800 metros de descenso.

Deleitarse con su gastronomía

El queso raclette de Grimentz.

Un pueblo suizo sin un queso local no es suizo. Grimentz lógicamente tiene el suyo y hablamos del queso raclette.

Origenes del queso raclette

Se estima que el nombre se debe a que en el francés de Provence (Francia) “racler” significa raspar, y dado que, los lugareños para fundirlo lo raspan eso originaría la denominación que, por otra parte, en el año 2007 se realizó un acuerdo entre la Unión Europea y Suiza para que el producto Raclette du Valais sea “denominación de origen”. Vale recordar que, ya entre los siglos XVII y XIX ya se lo llamaba con ese nombre y estaba arraigada la costumbre do consumirlo fundido. En 1909 en la exposición cantonal de Sion se exhibió como “plato nacional valense”.

¿Cómo se obtiene el queso raclette?

Se elabora con leche cruda (natural) de diferentes razas de vacas: la Schwarzfleckvieh, Red-Holstein, Eringer, Simmentaler y Braunvieh. Se trata de un queso semi duro, con una considerable crasitud y que luego del prensado recibe el sello que lo garantiza como un producto de origen. Posteriormente se le cubre con sal para eliminar humedad y se forme la corteza.

Para que alcance el grado de maduración ideal para consumo, es necesarios de tres a seis meses, de esa manera desarrollará los gustos y los aromas especiales de las distintas variedades. Durante el proceso deben ser rotados y vigilados para asegurar la calidad del producto. Es apto para intolerantes a la lactosa y fácil de fundir. Pueden pesar entre seis y ocho kilos con una cáscara rugosa (comestible) compacto (sin ojos), de pasta amarillenta clara y muy aromático.

Tiene una altura de alrededor de siete centímetros y un diámetro de treinta y cinco centímetros. Es dable destacar que, el particular sabor que desarrollan los quesos alpinos se debe a ubicación geográfica, alimentación de las vacas, uso de la leche sin procesos de ninguna especie y fórmulas propias. Os recomendamos saborear esta delicia de la gastronomía suiza como lo hacían los antiguos pobladores del lugar: al fuego o a la parrilla. También puedes fundirlo y acompañarlo con pescados, patatas, cebollitas en vinagre, fiambres o ensaladas. Además, si lo acompañas con un buen vino, será una comida deliciosa.

Queso raclette

El vino de hielo

Entre 1480 y 1550 se construyó uno de los edificios mas emblemáticos de Grimentz. Nos referimos al Burgerhaus (casa de hamburguesas en alemán). Este nombre que puede parecer pueril, no lo es porque en algunos pueblos de Suiza es sinónimo de integración. En esta particular edificación con ambientes separados con tabiques de madera, se atesora la historia del famoso vino glaciar.

Distribuidos en el sótano barriles de alerce contienen vino del glaciar de todas las épocas. Aun se conserva un barril de 1886 dedicado a un obispo y que solo se consume ante la visita de un obispo o un consejero federal. Este vino comenzaron a elaborarlo los campesinos nómadas hace cientos de años con una técnica única, consistente en no cosechar la uva al madurar y dejarla en la vid hasta la primera helada. Al congelarse el fruto explota por la dilatación del agua que contiene, de esa manera elimina el exceso de agua y aumenta la concentración de los azúcares naturales del fruto.

Es allí cuando se cosechan y se procede a elaborar el vino. El resultado, es un vino con un grado especial de acidez y un aroma particular que lo hace diferente. Debe servirse a una temperatura que oscila entre los 10 y 12 grados (no menos), y son ideales para acompañar con frutas o dulces. Bueno, también puede tomarse simplemente para paladearlo antes, durante y después de una comida. Se recomienda beberlo en pequeñas cantidades y bajo ningún concepto congelarlo, porque perdería su particular sabor.

Uvas para el vino de hielo

Tal vez menos famoso, tal vez menos publicitado que otros lugares, seguramente visitarás uno de los pueblos más bonitos de los Alpes suizos. En Grimentz podrás realizar “todo en uno” un sinnúmero de actividades placenteras y recreativas que te darán el descanso físico y mental que quizás estés necesitando. Y recuerda que el idioma principal es el francés, le sigue el portugués y luego el alemán, tan solo dos o tres personas en el pueblo hablan italiano.

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