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20 lugares que visitar en Nápoles imprescindibles

En esta guía de lugares que visitar en Nápoles descubrirás gran parte la ciudad napolitana.  Además, para los más curiosos, cuenta la leyenda que Partenope era una bella joven que estaba enamorada de Metíoco pero, como tenía un voto de castidad se fue a la Campania en Italia y se cortó el cabello. La diosa Afrodita la convirtió en sirena y en ella conviven la belleza y la fealdad, la alegría y la tristeza, el bien y el mal. Allí nació Nápoles y así es su esencia, con reglas que sólo son válidas para los napolitanos.

Conócela y entenderás como en ella se comparten esos contrastes que chocan entre sí, pero al mismo tiempo coexisten y la hacen única. También, recuerda que para llegar al centro de la ciudad, el alquiler de un coche en Nápoles aeropuerto es una gran opción. Después de escribir una guía de consejos para ir a Nápoles, decidimos publicar esta lista con 20 lugares que visitar en Nápoles imprescindibles. Estimula tu Ilusión Viajera caminando por sus calles y conoce sus principales lugares de interés comenzando por la calle que «parte Nápoles» (Spaccanapoli) en dos. ¡Empecemos!

1. Spaccanapoli

Esta famosa calle napolitana literalmente parte en dos a Nápoles. Si la observas desde el mirador de San Martino en el monte Vomero, la verás como una línea recta que atraviesa la ciudad desde el distrito de Forcella hasta el Quartieri Spagnoli. Sobre esta arteria que fue construida por los griegos y que luego los romanos la transformaron en uno de los tres decumans durante su dominio, encontrarás antiguos palacios.

También, verás artistas y artesanos que venden de todo, pequeños hoteles, las iglesias del Gesù Nuovo, la iglesia de Santa Chiara, la basílica y el complejo de San Domenico Maggiore, uno de los tres obeliscos que tiene Nápoles y otras atracciones. Son dos kilómetros de historia, donde vive el alma de la ciudad mezclada con los olores de la cocina napolitana.

Spaccanapoli es uno de esos sitios de Nápoles que te permitirá experimentar como ven, sienten y viven los napolitanos en la vorágine de su ciudad, repleta de turistas, ciclomotores y con múltiples caras. Spaccanapoli no es una postal para el turismo: es Nápoles.

2. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles (MANN)

Otro de los lugares que visitar en Nápoles, es el museo arqueológico. Inaugurado en 1816, está considerado como uno de los más importantes del mundo por la cantidad y calidad de las obras que contiene. Tiene una excepcional colección egipcia halladas en Flegrea (Turín) y en las excavaciones de áreas del Vesubio, además de las colecciones Borgia y Picchianto, manuscritos y objetos funerarios.

Incluye «La copa» que representa una escena dedicada a la fertilidad del Nilo y realizada en una sola pieza de ágata. Las colecciones de Pompeya, Herculano y el área del Vesubio incluyen un mosaico representando la batalla de Alejandro Magno contra Darío (batalla de Issus), habiéndose utilizado un millón y medio de mosaicos.

Asimismo, también realizadas en mosaico, podrás apreciar columnas, el «memento mori» (expresión latina que significa ‘recuerda que morirás’), pinturas en piedra y dos cuadros de Dioscórides. Hay dos salas reservadas en las que pueden verse frescos, esculturas y mosaicos fálicos o escenas de sexo hallados en Pompeya y Herculano. Se exhibe una escultura que representa a Atlas (Titán condenado por Zeus a cargar sobre sus hombros el cielo) sosteniendo el globo terráqueo.

3. Plebiscito y Palacio Real de Nápoles

La Piazza del Plebiscito era el lugar donde en el medioevo se realizaban los torneos, hoy es el lugar donde se reúnen los napolitanos. Es el lugar de paseo por excelencia, tanto para los turistas como para los lugareños, que concurren a admirar el Palacio Real y la columnata de la iglesia San Francesco di Paola.
El palacio alberga muebles, tapices, y objetos que datan desde la época de los Borbones y fue construido para recibir la visita del rey Felipe III, obra que fue realizada en el siglo XVI por Doménico Fontana.

Contiene una gran cantidad de pinturas y frescos y millones de turistas lo visitan anualmente. La fachada del edificio tiene 169 metros de largo y en ella se hallan las estatuas de los gobernantes de Nápoles enlazando la dinastía de los Saboya con la historia napolitana.

Además, la escalinata que posee fue descrita por Montesquieu como la más bella de Europa. Las salas que componen el Apartamento Real tienen obras de arte realizadas por los más encumbrados artistas del período Borbón. Podrás admirar la Sala del Trono, la Sala Maria Cristina di Savoia, el Teatro de la Corte y la Capilla Real.

También atesora la biblioteca más importante del sur de Italia, dedicada a Vittorio Emanuele III de Saboya, con más de dos millones de volúmenes. Rodeado de espacios al aire libre verás el patio de los carruajes, el patio del mirador, el patio de honor, y los jardines colgantes. Finalmente, accederás a los Jardines Reales, con senderos «secretos», avenidas y estatuas con vistas al Vesubio y al golfo de Nápoles. El Plebiscito y Palacio Real de Nápoles son lugares imprescindibles que visitar en Nápoles.

4. Nápoles subterránea y galería Bourbon

Seguramente uno de los lugares que ver en Nápoles imprescindibles es su fascinante subsuelo. Un patrimonio único con 2400 años de antigüedad y a 40 metros de profundidad, que van desde los acueductos greco-romanos hasta los refugios antiaéreos de la segunda guerra mundial.

Durante tu visita verás el Museo de la Guerra, los Jardines de Hipogeo, la Estación Sísmica Arianna y los restos del antiguo Teatro greco-romano (accesible en forma gratuita desde una propiedad privada). La entrada es por la Piazza San Gaetano y la ruta oficial autorizada es la de la Asociación del Metro de Nápoles. Es conveniente que, si vas en verano, estés provisto de una sudadera y calzado cómodo.

Las primeras piezas halladas se remontan a 5000 años. Luego, en el siglo III a.C. los griegos cavaron salas funerarias y posteriormente los romanos tejieron una red de acueductos que traían agua de las fuentes de Serino distante 70 kilómetros del centro. Los sótanos se usaron durante la segunda guerra mundial como refugios antiaéreos. Se conservan muebles, grafitis y diversos objetos del lugar donde el pueblo napolitano se protegía de los bombardeos.

En 1853 Fernando II de Borbón hizo construir una galería subterránea que conectaba el Palacio Real con la Piazza Vittoria, para tener una ruta de escape al mar en caso de algún ataque. Allí también quedaron vestigios de la guerra, como ser, restos de estatuas y automóviles de los años 40 y 50. Nápoles subterránea no puede faltar en tu visita a la ciudad.

5. Museo-Bosque y Observatorio Astronómico de Capodimonte

«Capodimonte» significa «cima de la colina», ubicada en la colina Miradois. En lo que era el coto de caza del bosque Capo di Monte, Carlos de Borbón en 1738 decide transformar su pabellón en un museo, para albergar la colección de arte de su madre, Elisabetta Farnese.

En el primer piso verás los apartamentos privados del palacio, decorados con todo tipo de detalles conservando su aspecto original con colecciones de porcelana y las armerías farnesiana y borbónica. Hay salas con obras de Botticelli, Rafael, Brueghel el Viejo, Andrea del Sarto, Masaccio, Guido Reni, Tiziano, y muchos otros.

En el segundo piso, distribuidos en 44 salas hallarás obras de Pinturicchio, Vasari, Mattia Preti, Ribera, Goya, y la extraordinaria «Flagelación de Cristo» de Caravaggio. En el piso tercero verás colecciones de arte contemporáneo y la galería del siglo XIX con obras de Alberto Burri, Mario Merz, Andy Warhol, Mimmo Jodice, Enzo Cucchi, Michelangelo Pistoletto y Joseph Kosuth. Todo esto sobre el Real Bosco de Capodimonte, un gran parque público de 134 hectáreas y 400 especies de plantas, con fuentes, un frondoso bosque y vistas panorámicas de Nápoles.

Asimismo, se encuentra habilitado para correr y trotar entre las 07:00 y las 08:30 por las avenidas del Real Bosco, evitando las destinadas a paseos. El Observatorio Astronómico de Capodimonte es la institución científica más antigua de Nápoles y forma parte del Instituto Nacional de Astrofísica italiano. Uno de los lugares que puedes visitar en Nápoles, donde se conjuga historia, arte, belleza y ciencia.

6. El Metro del arte de Nápoles

Una de las cosas que hacen a Parténope (primer nombre de la ciudad) única y extraordinaria es que, hasta su Metro es uno de los lugares más bonitos para visitar en Nápoles. Es que, hasta las estaciones del metro de la línea 1 son obras de arte. Para empezar, la estación Garibaldi fue diseñada por Dominique Perrault con una estructura de acero y vidrio y escaleras mecánicas suspendidas que le dan un aspecto futurista.

La estación Universidad diseñada por el arquitecto egipcio Karim Rashid contiene una extraordinaria escultura llamada «Synapse». Sigue la estación Municipio, que conecta con la línea 6. Luego la estación Toledo, diseñada por el arquitecto catalán Oscar Tusquets Blanca, y considerada como la más bonita de Europa y una de las más bellas del mundo. Cuenta con un juego de luces en la gama de los azules dándole un aspecto surrealista, una obra maestra de Robert Wilson.

La estación Museo, Dante, en fin… más de 200 obras artísticas que podrás admirar con un solo billete de Metro. Además, lo convierten en un recorrido de arte, en una ciudad donde el arte fluye en cada rincón de sus distritos. Si te preguntas qué puedes hacer en Nápoles, recuerda: viajar en la línea 1 del Metro.

7. Teatro San Carlo

Además de ser el teatro de óperas aún en actividad más antiguo de Europa, el San Carlo te ofrece la oportunidad de que puedas visitarlo fuera del horario de las funciones. Asimismo, podrás asistir a alguno de los eventos de ópera, ballet y espectáculos varios que brinda en su variada cartelera. Reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es un paso obligado para el turismo y los napolitanos.

Se trata de uno de los más bellos tesoros arquitectónicos y uno de los monumentos más importantes de Nápoles, que podrás conocer por unos pocos euros. Dentro de sus instalaciones funciona el Memus (Memoria y Música) que es el Museo y Archivo Histórico del Teatro San Carlo. Puede visitarse todos los días (excepto los miércoles), y allí conocerás la historia del teatro durante sus 274 años de vida y las obras representadas en él durante casi tres centurias, siendo la primera de ellas “Achille in Sciro” de Doménico Sarro.

Fue construido en 1737 por Carlos de Borbón y el «Palco Real» conecta directamente con el Palacio Real, para que el rey pudiera acceder directamente a su palco. Actualmente cuenta con una escuela de danzas clásicas, considerada una de las más importantes de Italia. El Teatro San Carlo es sin duda, uno de los lugares que no te puedes perder en Nápoles.

8. Palacio de Mannajuolo

Ubicado en el distrito de Chiaia, en via Filangieri 37, el Palazzo Mannajuolo fue edificado entre 1901 y 1911 en un terreno que pertenecía al ingeniero Giuseppe Mannajuolo, con diseño del arquitecto Giulio Ulisse Arata y del ingeniero Gioacchino Luigi Mellucci. Destaca por estar diseñado en estilo «Art Nouveau», con una gran influencia del neo barroco napolitano de los siglos XVII y XVIII. La parte central está provista de una escalera elipsoidal, con una balaustrada realizada en hierro forjado y peldaños de mármol repujado.

Es única en la ciudad y conecta los cinco pisos de la propiedad que consta de dos edificios que se enlazan en ángulo destacando la fachada que tiene grandes ventanales sobre la via dei Mille y via Filangieri. Fue erigida en hormigón armado, que era la última palabra en técnicas de construcción. Además, se encuentra en una de las zonas más elegantes de la ciudad, lo que te permitirá realizar un paseo para recorrer y conocer no solo el palacio, sino su bello entorno. Uno de los mejores sitios que visitar en Nápoles, no te lo pierdas.

9. El Petraio

Las rampas Petraio es un sistema de escalinatas compuesto por 135 escaleras y 69 terrazas, que conectan Nápoles a lo largo y a lo ancho. Son 503 escalones construidos entre los siglos XVI y XVII, que conectan el cerro Vomero con el distrito de Chiaia. Por supuesto bajar es fácil, pero el ascenso puedes hacerlo por el funicular Montesanto hasta la estación Morghen, o con la línea de Metro 1 (parada Vanvitelli).

Partiendo desde Morghen, detrás de la estación debes tomar la Vía Annibale Caccavello y a su izquierda comienza el Petraio. Tras pocos pasos encontrarás Vía Gradini del Petraio, una larga escalera con un pasamanos en el centro y flanqueado por edificios de fuertes colores (van del ocre al rojo). A los lejos por debajo verás el mar y la península de Sorrento. En el último tramo del descenso si observas a la izquierda, verás claramente el monte Vesubio. Las rampas tomaron el nombre de la palabra «pietra» (piedra), por tratarse de una zona pedregosa (compuesta por pequeñas piedras partidas llamadas gravas), con subidas, bajadas y bellas vistas de la ciudad.

Si tomas por la terraza del «Largo» hacia la Salita del Petraio (ascenso del petraio) te cruzarás con callejones sin salidas, casas con las ropas colgadas, imágenes sagradas y limoneros. A medida que vayas avanzando vas a notar un cambio: cuando te estés acercando al Corso Vittorio Emanuele, la inmensa paz que te acompañó a lo largo de la visita, irá dándole paso al ruido de los coches y motos que circulan por esa importante arteria. No dejes de visitar las antiguas escaleras del petraio, una experiencia inolvidable en uno de los barrios más bonitos de Nápoles.

10. Mirador di San Martino y Certosa di San Martino

San Martino es un lugar mágico que se halla en el distrito de Vomero, y desde donde tendrás una vista panorámica de la ciudad. Podrás observar claramente los «decumani» (término empleado en la planificación urbanística en el Imperio romano), especialmente la manera en la que Spaccanápoli divide en dos Nápoles y por supuesto, el Vesubio.

Frente a esta plaza-terraza encontrarás una escalera construida en el siglo XIV llamada «Pedamentina di San Martino». Aquí se conecta la Certosa di San Martino con Corso Vittorio Emanuele (mediante 414 escalones), siendo uno de los caminos peatonales más antiguos de la ciudad. El mirador de San Martino-Nápoles es el lugar favorito de los napolitanos para encontrarse con amigos, para relajarse de la vorágine ciudadana, y hasta para un paseo romántico.

Párrafo aparte merece la Certosa, que se halla frente a la terraza. Compuesta por dos iglesias, cuatro capillas, tres claustros, una centena de habitaciones y jardines colgantes, recopila la historia artística y cultural de la ciudad en el Museo Nacional San Martino. Consta de varias salas, como el «Claustro de los Procuradores», la farmacia, el Cuarto del Prior y el Gran Claustro, en el que se hallan ocho esculturas de santos. Desde el «Quarto del Prior» una escalera te conduce a los jardines de Cartuja, desde donde obtendrás una excepcional vista del golfo de Nápoles. San Martino es otro de los lugares imprescindibles que visitar en Nápoles.

11. El Castel Sant’Elmo

Ubicado en la colina de Vomero, el Castel Sant’Elmo tomó su nombre de una capilla del siglo X consagrada a Sant’Erasmo, que se transformó en Ermo y luego en Elmo. Se encuentra en un lugar privilegiado, dado que, podrás recalar en algún bar o restaurante donde tomar un café con vistas panorámicas. Con fosos, enormes cañoneras y baluartes está conectada con los barrios españoles y el Palacio Real.

Durante el siglo XVII fue prisión y actualmente es un museo, donde se realizan infinidad de exposiciones.  En la Plaza de Armas durante los levantamientos revolucionarios de 1799 fue tomado por el pueblo y se proclamó la República Napolitana. A la caída de ésta, continuó siendo prisión militar hasta 1952. En 1980 fue tomado como una estructura de interés cultural, y a partir de 1982 ingresó a la órbita de la Superintendencia de Patrimonio Artístico e Histórico de Nápoles, abriéndose al público en 1988.

Durante la visita, no puedes perderte de ver la Piazza d´Armi, la Cueva del ermitaño, la Torre del Castellano, las cárceles para prisioneros ilustres y comunes, y la iglesia de Sant’Erasmo. Además, el castillo es sede del Museo Novecento Napoletano que contiene casi 230 obras de 116 artistas napolitanos del siglo XX, que incluyen gráficas, pinturas y esculturas. El Castel Sant’Elmo es uno de los sitios más interesantes que puedes visitar en Nápoles.

12. El Barrio Español

El Quartieri Spagnoli (distrito de los españoles) está formado por los barrios San Ferdinando, Avvocata y Montecalvario, que a su vez pertenecen al centro histórico de Nápoles (el más grande de Europa). La calle más importante es Vía Toledo, donde hallarás restaurantes, tiendas y edificios antiguos. Sus calles son estrechas y enmarañadas y, pese a su fama de barrio peligroso, en la práctica no lo es más que cualquier barrio de otras ciudades.

En este antiguo barrio se alojaban las tropas españolas durante el dominio de Nápoles. Por esta razón su trazado es intrincado, con edificios altos y pequeños apartamentos. Con bellos edificios del siglo XVIII y XIX en sus bajos encontrarás tiendas, talleres de artesanía y clubes, aunados con el bullicio de los scooters que como abejas zumban por la calle. Uno de los accesos a los Quartieri Spagnoli es la estación de metro Toledo (considerada la más bella de Europa) y que mencionamos anteriormente.

En la zona prácticamente no hay plazas, excepto la llamada Largo Montecalvario que se asemeja a un terreno abandonado. Las calles están abarrotadas de tiendas de colores, santuarios y murales en las paredes, verdaderas obras de arte que representan desde imágenes religiosas a otras profanas (como las de Diego Armando Maradona, casi un Dios para los napolitanos). La iglesia de Santa María Francesca, ubicada cerca de la casa donde vivió la santa, es visitada diariamente por cientos de fieles que concurren a pedir bendiciones, trayendo regalos a la virgen. En la parte alta del distrito, está la Casa Tolentino (era el Monasterio de San Nicola da Tolentino) desde donde tendrás una excelente vista del Golfo de Nápoles.

13. La Galería Umberto I

Muy cerca del barrio español, encontrarás una verdadera joya de la arquitectura: la Galería Umberto I. Construida entre 1887 y 1890, (al mismo tiempo que la torre Eiffel de París), por mandato del rey Umberto I di Savoia, fue sede de la logia masónica Grande Oriente d’Italia (representada por la estrella de David ubicada en el tambor de la cúpula). Inspirada en la Galleria Vittorio Emanuele II de Milán, tiene cuatro entradas: desde Via Toledo, Via San Carlo, Via Santa Brigida, y Vico Rotto San Carlo, los pasillos convergen en una cúpula octogonal en el centro. Tiene 147 metros de largo, 15 metros de ancho y una altura de 34 metros (con la cúpula llega a los 57 metros).

La entrada principal es la que da a la Via San Carlo y sobre uno de los arcos están representados en estatuas, cuatro continentes: Europa está representada por una figura de mujer que con su mano derecha sostiene una lanza custodiando una lápida, la segunda representa a Asia sosteniendo una taza, la tercera con rasgos y ropa de África, una mano apoyada en una esfinge y un racimo de plátanos y la cuarta figura con las tablas geográficas y el globo terrestre se refiere a América. Sin lugar a dudas la Galleria Umberto I es uno de los lugares imprescindibles que ver en Nápoles.

14. Un paseo por el Lungomare

Si quieres contemplar uno de los paisajes más bellos del mundo debes realizar una caminata por el Lungomare. En el recorrido hallarás restaurantes y bares donde podrás saborear un café admirando un paisaje único e irrepetible que comienza en Santa Lucía (en Via Nazario Sauro) y concluye después de tres kilómetros en Mergellina.

Ubicada a lo largo de casi toda la costa napolitana, en el camino podrás ver la iglesia de Santa Lucía. También, pasar por el Borgho Marinaio, un bello puerto especializado en pescado fresco y repleto de bares y llegar al Castel dell´Ovo. Durante el trayecto podrás observar el Vesubio, la isla de Capri y el promontorio de Posillipo frente al que verás el islote Megaride. Cuenta la leyenda que en ese islote fue enterrado el cuerpo de la sirena Parthenope al ser rechazada por Ulises y que allí se comenzó a construirse Nápoles.

Lungomare Caracciolo lleva el nombre de Francesco Caracciolo que sirvió a la flota borbónica y fue ejecutado por el comandante Nelson (sus restos están en la iglesia de Santa Maria della Catena en Santa Lucia). A finales del siglo XIX la zona era una gran playa, y el mar llegaba hasta los jardines de la Villa Comunale y los Palacios de la Rivera de Chiaia. Hace casi 100 años se decidió realizar la vía rellenando la playa y dotando a Nápoles de una carretera que corre a lo largo de su litoral marítimo. Siéntate a la vera de Lungomare a disfrutar de un café y para admirar una vista que nunca te cansarás de ver.

15. Castel Nuovo, uno de los mejores lugares que visitar en Nápoles

Construido entre 1279 y 1282 por Carlos I de Nápoles y Sicilia, la edificación estuvo a cargo del arquitecto francés Pierre de Chaule, y es uno de los símbolos de Nápoles. En 1443 Alfonso de Aragón, como festejo por la conquista del Reino de Nápoles, ordenó la construcción del Arco del Triunfo que se realizó en mármol y se encuentra a la entrada de Castel Nuovo. También llamado Maschio Angioino, actualmente alberga el Museo Cívico de la ciudad, donde se ofrecen eventos culturales y espectáculos.

Asimismo, en el museo verás pinturas de artistas napolitanos del siglo XVII y la puerta de bronce original del castillo con una bala de cañón incrustada (el rey francés Carlos VIII en 1495 decidió robar la puerta del castillo, pero la armada genovesa la recuperó). En la actualidad tiene cinco torres: Torre dell’Oro y Torre del Beverello (del lado del mar) y Torre di San Giorgio, Torre di Mezzo y Torre di Guardia (hacia la plaza interior). Dentro de las torres una escalera de caracol (escalera catalana) lleva a los puestos de guardia en la cúspide.

En su interior, el Salón de los Barones, con 28 metros de altura y un agujero en el centro de la bóveda para permitir el paso de la luz, estaba decorado con frescos de Giotto. Otro de los atractivos del castillo es la Capilla Palatina, con frescos de Giotto y que, al igual que la Sala de los Barones, tiene una altura considerable (te hará sentir muy pequeño). Durante la edad media Nápoles fue un importante centro cultural y el castillo dio cobijo a artistas como Giotto, Petrarca y Boccaccio. En tu paso por Nápoles, visitar Castel Nuovo es casi una obligación.

Podrás visitar el Castel Nuovo de lunes a sábado de 8:30 a 19:00 horas. El precio de la entrada es de 6 euros y puedes comprarla directamente en la taquilla.

16. Los belenes de San Gregorio Armeno

La estrecha calle San Gregorio Armeno está ubicada en el centro histórico de Nápoles y los expertos viajeros, como también algunos especialistas en turismo, la comparan en fama y belleza a la Quinta avenida de Nueva York, los Campos Elíseos parisinos, el Sunset Boulevard de Los Ángeles y hasta Carnaby Street en Londres. Los napolitanos la llaman “O ‘vico de’ pasture» (el callejón de los pastores), por algo que la hace única: está dedicada a los belenes o pesebres.

Repleta de tiendas artesanales, las estatuillas se venden en la calle, y son verdaderas obras de arte. Piezas que valen pocas monedas y otras que son de colección y que, a través del tiempo, pueden llegar a costar fortunas, especialmente las dedicadas a personajes políticos, de la farándula, de la cultura o del deporte (recuerda que Maradona es casi un Dios para los napolitanos). Las figuras religiosas de los belenes no visten como en Palestina en tiempos de Cristo, sino con trajes del 700, que es cuando Nápoles alcanzó su máximo esplendor y cuando estaba entre las cinco ciudades más pobladas e importantes del mundo. Están abiertos todo el año, junto a fábricas de porcelanas, de los famosos camafeos y las joyas locales.

Es dable destacar que, al ser una estrecha callejuela y, al haber tanta aglomeración de gente, debes tener mucho cuidado con tus pertenencias, ya que los carteristas, arrebatadores y descuidistas están a la orden del día. San Gregorio Armeno es otro de los lugares que visitar en Nápoles imprescindibles.

17. Las iglesias napolitanas

Nápoles, al igual que todas las ciudades y pueblos de Italia, tiene cientos de iglesias. Aquí tienes algunas de las más cargadas de historia, bonitas y representativas:

Monasterio de Santa Chiara

Construido en el siglo XIV en estilo gótico, la basílica y el convento de Santa Chiara son de una belleza incomparable. La basílica consta de cuatro claustros que contienen 66 pilares con arcos y decorados con mayólica amarilla pintada a mano. Detrás del altar podrás apreciar los restos (lamentablemente) de un fresco de Giotto. Ubicado sobre Spaccanapoli en esta iglesia se realizan una gran cantidad de bodas y es una de las prestigiosas de la ciudad.

Capilla de Sansevero y Cristo velado de Nápoles

Oculta entre los callejones napolitanos, la iglesia de San Severo es una joya repleta de símbolos religiosos y esotéricos. Por ejemplo, la representación de Cristo con un velo de mármol que parece real, obra maestra del escultor Giuseppe Sanmartino. La Capilla Sansevero y el Cristo Velado se pueden visitar con un tour guiado. En su interior hallarás manifestaciones artísticas, teatrales y eventos.

Iglesia del Gesù Nuovo

Si continuas por Spaccanapoli llegarás a uno de los tres grandes obeliscos de Nápoles: el Obelisco dell’Immacolata. Ubicado en la Piazza del Gesú Nuovo, esta frente a la iglesia que le da nombre a la plaza. Construida en el siglo XV, es una de las pocas iglesias del mundo que nació como un palacio (Palazzo Sanseverino). Su frente es de piedra tallada en punta diamante, con algunos símbolos que algunos creen que son letras arameas para designar notas musicales. En su interior alberga frescos de Bernini Fanzago y otros. Con una decoración de mármol policromático podrás ver una bomba de la segunda guerra mundial que por milagro no estalló.

Complesso di San Domenico Maggiore

Se trata de un conjunto de iglesias construidas en el siglo XIII, que se edificó en estilo gótico, pero con las sucesivas modificaciones se transformó en barroco. Frente al complejo, en la Piazza San Domenico Maggiore, se halla otro de los famosos obeliscos napolitanos. Aquí estudió Santo Tomás de Aquino y contiene una gran cantidad de pinturas y esculturas.

No dejes de visitar la iglesia de Santissima Annunziata Maggiore, con hermosas pinturas, un espectacular jardín y una desgarradora historia de niños abandonados. También, en Via dei Tribunali, la iglesia San Paolo Maggiore, es una bella iglesia en estilo barroco con espléndidos frescos y estucos.

18. El Bar Nilo, el Santuario de Maradona

Si quieres sacarle una foto al altar de Maradona que está en el bar Nilo, el único requisito es tomarte un café. De hecho, pegado a la pared, un cartel en cuatro idiomas advierte en español: ¿Sacaste una foto? Ahora tienes que tomarte un café. Ubicado en via San Biagio dei Librai, en pleno centro histórico, este bar es el bunker de los «tifosi» de la Società Sportiva Calcio Napoli, que profesan un culto casi religioso al gran jugador argentino. Es que, de su mano el modesto equipo del sur de Italia que nunca pudo competir con los poderosos equipos del norte, consiguió dos «Scudettos» y una copa UEFA y… ya sabemos lo que representa el fútbol para los italianos.

Bruno Aldici (el propietario del bar) cuenta que, regresando de un viaje a Milán, tuvo la suerte de viajar en el mismo avión que Diego Armando Maradona, y que cuando el futbolista salió, él corrió al asiento que había ocupado y recogió un mechón de pelo del gran jugador, que hoy exhibe en la vitrina al lado del altar. Cuenta que, al llegar a Nápoles Maradona (de origen muy humilde) dijo: «Quiero convertirme en el ídolo de los pibes pobres de Nápoles, porque son como era yo cuando vivía en Buenos Aires».

En un pequeño frasco de vidrio con un líquido azul dice: “lacrime napolitane 1991” (dice Aldici que son de la sangre de San Genaro que se licua tres veces al año y que representa el dolor de cuando Maradona dejó ese año la ciudad). Cuando no sepas qué hacer en Nápoles, ve al Bar Nilo, pasarás un momento agradable, conocerás un lugar exótico, diferente y podrás beber un exquisito café.

19. Los restaurantes napolitanos

Ya sabes que la comida napolitana tiene fama internacional. De hecho, el origen de platos como: pizza, ragú, espaguetis, mozzarella, sfogliatella, babà, pastiera, salami de Nápoles, struffoli, chiacchiere, zeppole di San Giuseppe, tortano, casatiello, caprese, delizie, canelones, lasaña, falangina y el café napolitano y el limoncello nacieron en Nápoles. Para probar la verdadera esencia de la gastronomía napolitana, lo mejor es visitar los restaurantes locales. Estos son algunos de los platos típicos que debes probar en Nápoles:

  • La pizza napolitana: En 1889 el rey Umbreto I y la reina Margherita visitaron Nápoles. Raffaele Espósito, propietario de una taberna llamada Pizzeria di Pietro e Basta Cosi creó una pizza de albahaca, queso y tomate en homenaje a la bandera italiana (verde, blanca y roja) que fue alabada por la reina y que hoy lleva su nombre.
  • Ragú napolitano: Se trata de un manjar que no es fácil de hacer, dado que es una salsa con carne de buey rellena, que debe cocinarse como mínimo seis horas, a fuego lento y que requiere habilidad y paciencia. El relleno varía incluso por familias, pero el método de cocción es el mismo para todos.
  • Espaguetis: Spaghetti con le vongole (almejas), la pasta más conocida de Nápoles, van sazonadas con almejas o mariscos y se sirve con salsa de tomates o solo con los manjares del mar. También, los Spaghetti alla puttanesca, hechos a base de tomate, alcaparras, aceitunas negras, ajo y orégano. Este plato nació en Ischia en la década del 50 y es mundialmente famoso.
  • Mozzarella de búfala: Originaria de las provincias de Caserta y Salerno, este tipo de mozzarella se elabora con leche de búfala y se caracteriza por su consistencia, y al mismo tiempo cremosidad, lo que la hace única. Si puedes, haz 77 kilómetros hasta un pequeño, pero bello pueblo llamado Battipaglia y comerás la mejor mozzarella di búfala del mundo (nota del autor).
  • La Pastiera: Nació como tarta de Pascua y consiste en una masa quebrada con relleno de ricota, azúcar huevos y ralladura de limón.
  • Sfogliatella: Nació en Amalfi en el siglo XVII y creó una monja del convento de Santa Rosa (cerca de Furore). En 1818 un pastelero napolitano Pasquale Pintauro, quien modificó la receta original (el relleno), pero respetó la masa de hojaldre y la hizo famosa.
  • Babbà: En realidad, este exquisito postre es originario de Alsacia-Lorena, pero en Nápoles fue modificado hasta convertirlo en un bizcocho seco cubierto con ron y complementado con crema y fresas o crema y guindas.

No es muy difícil que un napolitano te invite un domingo a comer. Conocerás la verdadera cocina napolitana.

20. Los alrededores de Nápoles

Durante tu visita a Nápoles, debes reservar algunos días para conocer alguno de los maravillosos lugares que la rodean. Estas son algunas de las excursiones que te recomendamos para conocer los alrededores de Nápoles:

Pompeya y el monte Vesubio

Las ruinas mejor conservadas del Imperio Romano son sin lugar a dudas, las de Pompeya. Esta ciudad, junto a Herculano fueron destruidas durante la erupción del Vesubio en el año 79 de nuestra era, y se conservó gracias a las cenizas que se depositaron sobre ella. Visitada por casi tres millones de turistas por año, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.

Las ruinas de Herculano

Las ruinas de Herculano son bastante menos famosas que las de Pompeya. En consecuencia de ello, cuando las visites tendrás más tiempo para verlas y con mayor comodidad. Sin embargo, este yacimiento arqueológico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. También si lo deseas, hay excursiones por distintos medios.

Sorrento, Positano y Costa de Amalfi

Ubicada frente al Golfo de Nápoles, Sorrento está situada sobre unos acantilados, con hermosos puertos deportivos. Con un interesante centro histórico tendrás extraordinarias vistas panorámicas. Luego, haz una parada en Positano y disfruta algunas de las playas más bonitas de Italia. Finalmente, en la costa de Amalfi podrás ver 12 pueblos de ensueño con paisajes espectaculares en la parte más bella de Campania. También dispones de varias excursiones que te permitirán disfrutar de ambos lugares.

Capri y Anacapri

Considerada una de las islas más bonitas de Italia, junto a la Gruta Azul, son de una belleza incomparable. Con importantes restos arqueológicos y hermosos pueblos, también puedes optar por una excursión a Capri y Anacapri. De esta manera podrás explorar los rincones más bonitos de la Isla y conocer la historia de cada uno de ellos.

Cuando veas que el sur de Italia tiene bellos lugares para visitar, comprenderás porqué Joan Manuel Serrat en uno de los más bellos temas decía: «El sur también existe» y una de las mejores cosas que hacer en Nápoles es conocer sus contornos.

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